lunes, 15 de noviembre de 2010

VUELA / VUELA

8 Y 45 AM: Un hermoso campo verde y mojado ha florecido, está adornado ahora por muchos colores,  son aviones de papel que han tenido aterrizajes forzosos e inesperados en medio de los gritos estrepitosos, del bullicio imparable de unos jóvenes que sólo querían verlos volar. 

8 Y 30 AM: Las risas, las bromas, las resbaladas y caidas hacen la ambientación de un día que pinta frío y opaco, pronto los pies temerosos del charco y de las salpicadas de barro se acomodan en frente de aquellos avioncitos de mirada inerte que representaron para ellos la esperanza de volar. Ahora, los dueños de esos pies levantan sus miradas y sonrrien sinceramente a una cámara que tiene el objetivo de captar lo agradable del momento.

8 Y 15 AM: Los oidos captan el mensaje, han recibido la orden, cada mano posee un avión atento a una confirmación, atento a la señal de vuelo.

8 Y 10 AM: La lluvia se ha rendido, los estudiantes  junto con su profesor ya pueden dirigirse al campo tranquilamente, el camino les servirá para que dejen atrás el sueño, la pereza y las ganas de haber permanecido entre sábanas abrigadas.

8 00 AM: Un monton de rostros se reunen, unos apestados, otros somñolientos y otros ansiosos a la espectativa de una actividad que promete ser divertida, se saludan cortesmente y esperan amablemente la llegada de otros rostros que pueden configurar diversos gestos dependiendo del estado de sus dueños.

7 Y 25 PM: Un pedazo de papel moreno ha cobrado vida, ya no morirá en la basura, a cambio, se le ha pedido que cumpla con una función: volar.

7 Y 10 PM: Una chica trabaja decorando el cuerpo de un avión que promete ser más potente que un AIR BASS. Se han seleccionado los mejores colores para su cubierta.
Está soñado para que vuele más alto que cualquiera. Ohhh mi Dios ... para que esto sea posible es necesario desatorarlo de la matera de aquel jardín, testigo fiel de su primer rrecorrido fallido. Primer intento, segundo y tercero. Su creadora a descubierto el secreto en el que radica su potencia: si quieres que vuele hacia la izquierda tendrás que lanzarlo hacia la derecha.

6 Y 50 PM: Una madre burlona se ríe de los torpes dedos de su hija, un avión de papel ha sido excusa del esparcimiento familiar. Nono, nona, madre, hermana e hija están reunidos a la espera de que un pedazo simple de papel cobre vida y se lance al vuelo.

6 Y 25 PM: La misma jovencita protagonista de un  futuro tan cercano corre inquieta y presurosa, busca entre chécheras aquél papel moreno, débil e indefenso que hace días debió haberse ido en la basura, sin embargo, corrió con muy buena suerte, ahora le será asignada una misión muy importante.

6 Y 2O PM: Ha surgido un afán y , a la vez, una idea, en medio de la presión de un compromiso. Por qué no... ¡claro que soy capaz de hacer un avión!

Autor: Mayra Lisseth Hernández Salazar

domingo, 7 de noviembre de 2010

NOCHE DE COPAS, DE COLORES: LOCA

La noche se viste de luces, el bullicio retumba en la habitación, se percibe el libertinaje en el ambiente, ella se echa el último vistazo en el espejo, se impregna de fragancia seductora y sale a la calle, no tiene rumbo fijo, está a la expectativa de lo que pueda suceder, de lo que quiere que suceda. Un letrero disfrazado de verde y rosa llama la atención de aquellos que buscan exacerbar sus instintos, de aquellos que ven en este sitio la oportunidad de ser otros, de jugar a inventar personalidades y de hacerlas creíbles ante los ojos de almas desconocidas que se refugian en la sombra y encuentran emociones bajo el calor de unas copas y de una buena canción, mientras tanto, ella pide un trago y observa detenidamente a su alrededor, allí estaba él mirándola presuntuoso y con maliciosa sonrisa, una corriente de nerviosismo hace bombear más fuerte la sangre que corre por sus venas, sin embargo, su tez lucía impávida y bella, finge seguridad e inventa una pose interesante.
Larga noche ha sido, muchos se han divertido con esta ahogando el estrés del día en el baile y quemando calorías con besos, otros simplemente se sumergen en el alcohol, acosan mujeres y provocan pleitos, pero ellos no se mueven de sus asientos, siguen allí observando todo lo que pasa, mirada va, mirada viene y de repente comparten una sonrisa, sería justicia divina que cruzaran unas palabras, así, llegan las dos de la mañana y sus cuerpos son impulsados al baile por una intrépida y movida canción, él se levanta de su asiento y evidencia su torpeza al tropezar con la demás gente, entre tanto, ella ignora saberlo, se toma el quinto trago de una pechada y sonríe de forma picara para sí misma, tal vez el alcohol ya hacía su efecto. La gente que llenaba el sitio, ahora, se agolpaba en el escenario de baile, los cuerpos se rozan unos a otros, todos juntos forman una sola masa movible.
Al fin, la sonrisa maliciosa llega al asiento de aquella chica, toma impulso para hablar, pero sus primeras palabras son sorprendidas por el tartamudear de sus labios, ella sonríe y le expresa confianza con su mirada, él le corresponde con la suya y pregunta: ¿quieres bailar? Y ella asiente con la cabeza; de forma delicada toman sus manos y lentamente se acoplan a la masa movible, concentran su mirada curiosos y en un suave pero rápido movimiento él posa su mano sobre la cintura de aquella chica que lo había inquietado toda la noche, se mueven al ritmo de la música y toman como excusa los empujones de la gente para pegar sus cuerpos, termina la canción y sin necesidad de hablar se dan a entender que quieren seguir bailando. Una rara magia ronda el lugar y el olor del sudar de los bailarines adecua el escenario de un acalorado pero dulce beso, de pronto, es interrumpido por un fastidioso y cruel ruido, Helena despierta asustada y se da cuenta que el bus ya pasó por dónde ella debía haberse bajado.

Mayra Lisseth Hernández Salazar

MANOS

Me gusta más la izquierda,
la del reloj,
la de la argolla de oro.
La otra mano es más blanca
y más directa. Como que está más cerca de sus actos.
Me he fijado en las líneas de la suerte
y en cada una el trazo es diferente.
Por lo poco que sé de quiromancia
adivino que es frágil, enfermiza,
con un tic de maldad.
En lo que toca
deja huellas de polen. O de polvo
para ser menos líricos.
Para ser más concisos, periodísticos.

Describiré sus manos dedo a dedo
pero en otra ocasión.
JOTA MARIO ARBELAEZ

EL MUNDO CREADO A TRAVÉS DE LA MÚSICA

“Hafiz, uno de los grandes poetas de la antigua Persia, cuenta la leyenda siguiente: “Dios hizo una estatua de barro. Moldeó el barro a su semejanza. Quería insuflar alma a esta estatua. Pero el alma no se dejaba atrapar. Pues reside en su naturaleza el deseo de ser volátil y libre. No quiere estar limitada ni atada. El cuerpo es una prisión, y el alma no quiere entrar en esa prisión. Entonces Dios pidió a sus ángeles que tocaran música. Y al tocar los ángeles, el alma se sintió extasiada. Quería experimentar la música de un modo más directo y claro, y por eso entró al cuerpo. Hafiz dice así: “La gente dice que el alma, al escuchar esta canción, entró al cuerpo. Pero en realidad el alma misma es la canción”.

UNA PAREJA LLENA DE GENIALIDAD (Recomendación al film "Eclipse total")

La película  “Eclipse total “de la directora Agniezka Holland, narra la historia de los poetas franceses: Paul Verlain y Arthur Rimbaud, historia cuyo comienzo se da en 1871 cuando Verlaine recibe una serie de poemas extraordinarios del joven Rimbaud. El film permite abordar desde una perspectiva poética la relación que existió entre estos dos reconocidos líricos y lo que los caracterizó a ellos y a su poesía.
Paul Verlaine era un poeta reconocido en París, creía en el amor y había publicado un libro de poemas amorosos que había sido acogido con agrado por la sociedad, pero que eran considerados por Rimbaud como “basura prenupcial”. Él pensaba que era menos importante amar el alma, porque esta era inmortal y había tiempo para ello, pero que el cuerpo era necesario amarlo porque se podría, así, la forma física del hombre era para este algo extraordinario y efímero, el amor por la carne era lo que lo mantenía fiel a sus amantes. Al contemplar su vida y ver que no había nada en ella se sometió junto con sus ideas y su verdad a la gracia de Dios para encontrarle un sentido. Cuando tiene el gusto de apreciar los escritos de Arthur Rimbaud ve en él una promesa del arte poético, por ello, se reúne con este y trabajan en su poesía; lo consideraba como la voz del futuro, afirmaba que la musicalidad de sus versos había arrasado haciendo que el verso antiguo dejara de interesar, le veía como un joven prodigio que a su corta edad ya tenía una obra  poética dotada de un talento nunca antes visto,  un joven sin igual que simulaba entender de todo, que quería escapar de la realidad; pensaba que este tal vez conocía los secretos para cambiar la vida.
Así pues, fue el responsable de publicar la obra de Rimbaud y cuando su nombre empezó a ser conocido advirtió que sus caminos eran opuestos, pero defendió los intereses de este ante todo. Vio que los jóvenes le entendían y que ya gozaba de renombre. Por otro lado, no sabía por qué Rimbaud lo había elegido, ya que leyendo su obra se sentía en otro siglo, tenían un pacto de ayuda mutua, él le ayudaba con su obra y este le devolvía el favor  reavivando su vieja y oxidada inspiración, ayudándolo a escribir cosas buenas. 
Para continuar, se considera a Verlain como un gran poeta, pero a Rimbaud  se le ve como un genio revolucionario, mintió sobre su edad para que sus poemas no fueran vistos con paternalismos diciendo que tenía veintiún años, cuando en realidad tenía dieciséis, quería que fueran juzgados por el peso de ellos mismos. Era un joven peculiar que no se interesa por la obra de otros autores y que considera como malos a los poetas que aprendían unos de otros, los criticaba con una dureza radical, se burlaba de aquellos que no tenían talento. Él no sabía si su trabajo lo llevaría hacia algún lado, no sabía hasta dónde quería ir, no recita su poesía y no le interesa su publicación, pues pensaba que  lo único que importaba era la escritura en sí misma evidenciando su pensamiento único, su diferencia en la forma de concebir al mundo. Rechaza el romanticismo y abandona la retórica, creía que para llegar a ser el mejor del siglo debía experimentar todo en su cuerpo, para ello ser una sola persona no le era suficiente y quiso ser todo el mundo, resolvió ser un genio y originar el futuro con su poesía, ese intento  fue el que lo llevó hacia Verlaine, pues este sabía cómo decir lo que él quería expresar.  
En la búsqueda de la experiencia universal experimentó la miseria, la pobreza indolente e inútil, se hundió hasta lo más profundo para llegar a la cima y marcar la diferencia en sus versos, en ellos expresa su forma de ver la realidad, y en ellos plasma el sufrimiento y una felicidad a la que las creaturas estamos condenadas, por ende, en su poesía existe un empeño por cambiar la realidad y huir de ella, hablaba de la muerte que causa el arrepentimiento de los hombres que vagan por el mundo, de tareas dolorosas y separaciones desgarradores, lloraba mirando desde el tugurio en que vivía  el ganado de la pobreza, la miserableza del hombre, sentía piedad por ellos. Para él no existía el amor, lo que extraía del mundo real era la unión basada en el egoísmo, la complacencia y el beneficio, pero no amor, entonces, trató de reinventarlo y plasmarlo en sus escritos. Sabía que la felicidad la encontraría en el sol, y que donde este se fundía con el mar se hallaba la eternidad.
No volvió a escribir porque ya no tenía nada más que decir,  terminó por creer que el mundo era viejo y que ya todo estaba dicho, que no había nada nuevo en él. Creyó que lo que hacía cambiaría al mundo, que con él nada volvería a ser igual, pero desconfió de su afirmación. Su poesía necesito de años para ser entendida, era de otro tiempo, muy avanzada para su siglo; en la época en que vivió fue vista como indecente, los literarios del momento no la comprendían, sólo la veían como notable y prometedora, notaban en ella una ingenuidad que era empañada por un ansia juvenil de escandalizar, sus planteamientos técnicos no eran aprobados.
En conclusión, la película muestra que estos dos hombres se confabularon para hacer lo mejor de su obra juntos, los dos fueron magníficos en su poesía. Sorprende que Rimbaud creara entre sus dieciséis y diecinueve años una obra maestra en donde dijo todo lo que quiso como consecuencia de su genialidad.

Mayra Lisseth Hernández Salazar

¿PARA QUÉ SE EDUCA?


 “La crisis del humanismo” de Eduardo Santa hace una importante reflexión sobre la EDUCACIÓN del siglo XX, varias cuestiones que nos ponen a pensar sobre para qué estamos educando a nuestros niños, en función de quién y cómo lo estamos haciendo. El autor nos dice que los llamados “técnicos de la educación, los sabios maestros y pedagogos” se han dedicado o se han preocupado más por inventar nombres y formas técnicas para referirse a la educación y se han olvidado de definirla, de construir, o más bien, de reconstruir su concepto de forma clara, sencilla y  entendible para todos. Razón hay en afirmar esto, se podría hacer un diccionario con términos que hablan de educación, pero yo considero que en vez de perder el tiempo en ello deberíamos buscar soluciones a los problemas que la aquejan hoy en día, no es importante cómo nos referimos a ella sino qué debemos hacer por ella; creo que con esto él nos invita a reflexionar sobre lo que verdaderamente debería ser importante en la Educación.

Por otro lado, instruir no es educar y Eduardo Santa evidencia su aprobación y apoyo completo al pensamiento griego en cuanto a la conceptualización de Educación,  explica que para los griegos instruir era simplemente la transmisión de conocimientos que hacían del hombre un médico o un ingeniero, pero que la palabra educación tenía un sentido bifacético en el cual era necesario que además de la instrucción (segunda fase de la educación) existiera como base una primera fase, la cual tenía como fin formar el carácter, inculcar valores éticos al hombre que lo conviertan en un ser humanizado; teniendo en cuenta estas dos fases damos por entendido que para los griegos la educación se definía como la creación de un hombre integral, primero se formaba o moldeaba el espíritu, luego se daba la transmisión de todos los conocimientos con el objetivo de construir un hombre , sensible, ético, moral y socialmente útil gracias a sus saberes profesionales.

Considero los hombres de hoy nos movemos en un mundo en donde se han perdido los valores, donde las personas pasan por encima de otras con tal de obtener lo que quieren, no les importa agredirse unas a otras con tal de lograr su cometido. Nos hemos vuelto una sociedad que va en decadencia, que se consume en la violencia, la pobreza, la corrupción y el crimen.


Dos aspectos nos presenta este hombre: 1) El hombre máquina y 2) La educación de los griegos, en ellos vemos contrastados o paralelizados dos épocas diferentes, el primer aspecto podría hacer referencia al siglo XXI  y el segundo al siglo V griego. Lo cierto es que el siglo XXI  exige o demanda hombres con saberes específicos, que produzcan y trabajen como esclavos: hombres robot que utilicen sus saberes para “operar” y producir cada vez más rápido lo que los interesados empresarios exigen.
El siglo V se interesaba por sacar seres intelectuales, sabios que aplicaban al conocimiento los valores que formaban sus espíritus. Su objetivo era lograr la armonía y equilibrio social.

Entonces, considero que la principal diferencia está en que el ideal de los griegos de esa  época era educar hombres sabios, correctos que vivieran para el hombre, para ellos mismos. De forma contraria, el ideal de la actual época es educar hombres que no vivan para ellos sino para el mundo.

De esta forma, Santa tiene toda la razón en cuestionar el para qué nos estamos educando hoy en día, nadie supera los planteamientos  que de Educación hicieron los griegos y me queda claro que ellos educan para la convivencia, el cuerpo y el espíritu eran objeto del moldeamiento de la verdadera educación.

No obstante, es necesario destacar los avances que se han dado en  las técnicas de enseñanza y aprendizaje, pero sin duda alguna se puede avanzar mucho más. Los inventos tecnológicos, el avance en la técnica y la ciencia son aspectos destacables en los que Santa nos hace conscientes, pero cuestiona agudamente la capacitación técnica y científica sin moral que se está impartiendo; cuestiona la falta de ética y expresa que el siglo XXI define a la Educación con términos técnicos y científicos pero No humanos.

 Yo opino que actualmente para profesionalizarse no se necesita de una formación ética y en valores,  cosa que no debería suceder. En consecuencia, me preocupa lo mismo que al señor Santa: el quién y el cómo se educa, él asegura que la escuela, el colegio y la universidad no educan, afirmación con la que comulgo. Actualmente los educadores simplemente se dedican a instruir, sólo les importa el bienestar propio y les vale si el alumno aprende o no aprende, si se está formando integralmente o no lo está haciendo. Por ello, creo que nos urge definir o conceptualizar lo que verdaderamente debería llamarse EDUCACIÓN  y su concepto debe incluir la construcción  de un hombre tridimensional, donde alma, cuerpo y mente están involucrados, ese es el legado de los sabios griegos.  

Además, las personas que sean protagonistas en la creación de este concepto y su aplicación deben ser seres humanos convencidos de ello, deben poseer una vocación inquebrantable y una devoción absoluta a la educación, no títeres del mundo consumista.

 EDUCADORES que de la mano con las conquistas del siglo XXI: la radio, la televisión y el cine, entre muchos otros inventos, cumplan con este objetivo y enseñen con herramientas que contribuyan a la difícil tareas de humanizar a hombres que están perdidos en la búsqueda de su humanidad.

(MAYA)




Retratada
Mujer sonriente, aparentemente apacible, tranquila y hasta inocente. Sus ojos aunque tímidos guardan la profundidad de su mirada fija.
Sus rasgos son contrastantes... tributo a la oposición: cabello azabache- abundante y suelto, tan libre como la sonrisa que se dibuja en un rostro que engaña. Piel blanca, llamativa como el helado de vainilla, más cercana a la claridad, al igual que las mieles de sus ojos; labios rosa, obedientes al sentimiento del momento.
El abrigo que se confunde en el color de sus largos cabellos trata de ocultar lo que un escote de naranja encendido quiere mostrar.
Aunque viste feliz y firme el brillo del mirara delata la incomodidad disimulada bajo ese disfraz.

CRECER... UNA EXCUSA PARA APRENDER A LEER Y ESCRIBIR



AUTOBIOGRAFÍA: MAYRA LISSETH HERNÁNDEZ SALAZAR
 
En la complejísima empresa de hacer mi autobiografía acudí primero a descubrir la etimología de mi nombre, pues pienso que desde ahí puedo empezar a construir la historia de mi existencia, pues de cierta forma  mi nombramiento me hizo existente para el mundo.  Escudriñé rápidamente en un buscador de internet y con mucha curiosidad y un poco de risa burlona me aventuré a leer la respuesta que me otorgaba una página cuyo nombre no es relevante en esta sencilla y humilde historia, esta me ofrecía no la etimología de mi nombre sino su significado… MAYRA: Nombre Femenino con origen en el latín, significa maravillosa. Yo no lo dudaría dejando de lado la modestia que me caracteriza, proseguí en su naturaleza emotiva es amable y condescendiente. Suave, cordial, sagaz. Ama la armonía de las formas y los métodos persuasivos. Le gusta sentirse alabado. Creo que cualquier persona que lea mi memorias podrá deducir que tan cierta es la información que aquí presento, por ahora expondré los talentos naturales que me arrojó la webEs mente de pensamiento firme. Se expresa como pensador ágil, con capacidad analítica y tendencia a armonizar contrarios. Ama complacer y recibir.
Me sorprendió que esta paginilla donará tanta información sobre algo, con una seguridad casi peligrosa y un poco ambiciosa, pretender que el significado de tu nombre dado por cualquiera de estos locos que frecuentan las redes comunicativas te diga cómo eres y en qué eres bueno a partir de tu  calificativo existencial es absurdo y hasta tonto, pero debo reconocer que me sorprende aún más que un ser “x”  sepa más qué decir sobre mí que yo misma. Sin embargo, me apoyaré de esta respuesta para empezar a dar un bosquejo de mi vida, especialmente de mi vida escolar.
Sin duda alguna es el hecho irrefutable del lenguaje el que me permite como ser humano hacer aprehensión de este mundo maravilloso en el que habito, simbolizarlo y expresarlo; es el medio que me permite por medio de la palabra reconstruir mi historia, una historia que no hablará tanto de mi vida y personalidad sino del proceso en el que desarrollé ciertas habilidades lingüísticas: leer y escribir, habilidades que me permiten ingresar a la sociedad y desempeñar un papel en ella.  
Nací en una comunidad lingüística bella en su geografía y sabrosa en su gastronomía, sí señores, las hermosas tierras de un departamento llamado Santander en el país de Colombia. Mi madre es una hermosa y todavía joven mujer cuyo nombre solo diré que es Martha, y, mi padre es un hombre trabajador no tan joven como mi madre, pero quiero creer que no está cerca a la vejez, un hombre a quién durante veinte años he llamado Luis y quien en correspondencia me ha llamado “Maya”, la misma de pensamiento firme y ágil, según la respuesta del buscador, más el agregado de la capacidad de analizar. Lo cierto es que hace quince o catorce años no estaba tan segura de ello y creo que tampoco era consciente de lo que era y conllevaba la capacidad analítica, capacidad que hoy en día me salva la vida en la universidad y me permite explorar mundos maravillosos traspasando las puertas que la cubierta de los libros nos presenta, siempre de forma distinta, seduciéndonos con uno u otro tema.
 Recuerdo vagamente que fue mi madre  la que a la edad de cuatro o cinco años me inició en el camino de aprender a leer y escribir, supongo que ahí me toco echar mano de ciertos talentos que según el significado de mi nombre tengo… el que ya había mencionado: pensamiento ágil, porque había que ser ágil para hacer las pequeñas tareas que se me imponían; actitud para complacer, y, no tengo duda de que este talento fue el que me evito más de una tirada de oreja, pues hay que ser muy complaciente para realizar planas y reconocer letras, sílabas o palabras en algunas revistas para satisfacer los caprichos “educativos” que mi mamá tenía conmigo; fue ella, mi mamá la que siempre estuvo presente durante el proceso de mi alfabetización y la que con un nudo en la garganta ante mi estrepitoso llanto tuvo que dejarme en la guardería, pues esta dulce señora junto con mi padre pensaban que era lo mejor para iniciarme en el mundo de las letras. La guardería o el también llamado jardín de niños era un mundo que venía acompañado de llamativos crayones de colores, juguetes, lindos y enormes letreros, profesoras, niños llorones, un parque y una casita de juguete más grande que nosotros.
Así pues, me encontraba ya inmiscuida en un mundo pueril que me permitía disfrutar de mi niñez y que, a cambio, me exigía la obediencia necesaria para      desarrollar algunas actividades que esos niños con bigote y niñas con labial consideraban adecuadas para mi sano crecimiento y el de mis compañeros, deduzco que es por eso que el significado de mi nombre dice que amo complacer y recibir. Yo ingresaba al sistema, al proceso de regularización de mi conducta para complacer en ese camino a mis padres y profesores, en concordancia, recibía educación, afecto, dulces de recompensa por hacer bien lo que se me pedía y ante todo el regalo que para la capacidad de consciencia de la que gozaba entonces pasaba inadvertido: la exploración de mis habilidades lingüísticas, el código escrito y por ende el oral.
No obstante, debo aclarar que el código escrito y oral no era algo que se me diera y que yo utilizara de forma perfecta, sino que fue algo que yo debía perfeccionar, algo sobre lo que yo debía trabajar si quería gozar de los beneficios que este regalo me otorgaba.
El obsequio que se me quería dar se parecía mucho a la bicicleta que mis padres me habían regalado para navidad, este objeto de juego me garantizaba diversión, representaba risas y esparcimiento, pero para que así fuera y yo pudiera disfrutar realmente de ella tuve que aprender primero a montarla, darle dirección, aguantar dolorosas raspadas, recibir regaños del vecino por los choques inesperados, entre muchas más cosas que me hicieron sufrir un poco. Es por eso que digo que el proceso de aprender a leer y escribir fue para mí como aprender a montar bicicleta, pues este también requiere de tiempo, dedicación y  esfuerzo, aunque debo confesar que la bicicleta resultaba mucho más divertida y atractiva  para mí por ese entonces que adquirir las competencias de la lectura y escritura.
Para continuar, luego de la guardería vino la escuela, un hecho traumático para muchos, ya que eres tú solo contra el mundo y la falda de tu mamá está muy lejos para albergarte, te ves inmerso en un mundo desconocido y extraño. Sin embargo, es como dicen: emprender un nuevo camino te obliga a abandonar otros. De esta forma,  al empezar con nuestro primer año escolar nos vemos obligados a hacer las cosas por nosotros mismos, a socializarnos, a prestar atención a temas que antes no nos habían interesado y que la guardería no trataba.

Al iniciar en la experiencia escolar te ves obligado a dejar de lado el camino del juego eterno, el de la locha duradera y, por ahí, el de la ignorancia. Entonces, la lectura y la escritura se encuentran en una sola línea, se convierten en la puerta de entrada al conocimiento, a mundos fantásticos, historias de brujas,  príncipes y princesas, a vidas ejemplares, problemáticas y censuradas, a números pares y que hasta son primos, en fin, a tantos y tantos caminos a los que sólo puede abordarse abriendo la puerta del saber leer y escribir.
Bien, cinco años tenía yo cuando entré a “Kínder”, seis cuando entre a primero… en este grado ya sabía decodificar oraciones, sabía escribir algunas cositas y seguía siendo niña. Entonces, puedo deducir que desde niño te empiezas a dar cuenta de que tienes una serie de deberes que van aumentando con el transcurrir del tiempo, ya no sólo puedes jugar, es más, si quieres hacerlo debes primero hacer la dichosa tarea, tan emocionante para unos y tan tediosa para otros. Desde pequeñitos se nos prepara para lo que los adultos llaman vida y futuro, y aunque para el niño de cinco, seis años o menos esto aún no es comprensible tiene que resignarse a ser el protagonista de esa empresa que para mis padres y para muchos sólo puede reflejarse en la escuela.



GRADUACIÓN DE KINDER

Fue así como el primer grado trajo para mí una vieja amiga, mía y de mi mamá: la profesora Isolina, eso me complicaba las cosas, el ser amiga de la profesora hacía que ella esperaba mucho de mí, por ello, era exigente en sus cosas, además, que peor situación podría haber en aquellos tiempos, tu madre y tu profesora se confabulaban para discutir sobre ti.
Retomando, aprender a leer me permitía hacer una lectura de diversos códigos inmersos dentro del signo lingüístico, yo ya veía matemáticas, ciencias naturales y otras materias de las que no me acuerdo. Puedo decir con orgullo que   tenía un buen rendimiento académico, que no era bruta como algunos padres gritaban a sus hijos en las entregas de boletines y eso era un alivio para mí y mi familia.
Qué tanto sufrimos en el intento de cruzar la entrada a mundos nuevos, cuántas lágrimas me costó el deseo de querer volver actos performativos las palabras leer y escribir. A mí en especial no me costó mucho hacerlo, tuve la bendición de tener una madre que siempre estuvo ahí para acompañarme en el reto asignado que me encaró desde el momento en que pisé el aula de clase. Ella, Doña Martha Zulay, como le decía la gente, fue la encargada de acompañarme y guiarme por esos pasos oscuros y bellos que presentaba el camino de la alfabetización, la instrucción y la culturización. Todas las tardes sin falta fue testigo fiel de aquellas tareas que parecían interminables para mí y para ella, de los borrones que en ocasiones rompían la hoja o la manchaban. Ella, aquella que  tenía que asumir el rol de madre autoritaria e insensible para que yo lograra aprender cómo se escribía “mamá” .Tiempos aquellos en los que me gane más de un grito, más de una sacudida e incluso en los momentos más desesperantes, porque yo quería ir a montar bicicleta y jugar con mis amigos en vez de hacer la tarea, un chancletazo o la tan nombrada mechoneada, muy exitosa por cierto, ya que mi madrecita siempre me hacía dos colas y tenía de donde agarrar, debo aclarar que las colas me las hacían para que el cabello no se me viniese a la cara, no había perversidad en el peinado que me hacían.

Así, con el pasar de los años, con el ascenso a los grados escolares todo se va haciendo más complicado, sin embargo, todos es proporcional a las capacidades que se posean, es decir, si podía ir avanzando era porque estaba logrando el desarrollo de las capacidades que me permitían hacerlo. Reconozco que la época de primaria y el colegio fueron muy agradables para mí, allí conocí a mis primeras amigas y la carga académica se hacía sobre-llevable ya que compartíamos el mismo mundo, allí en la Escuela Norma Superior Francisco de Paula Santander de Málaga estudié, jugué, peleé, lloré, hice picardías, practicaba deportes y conocí el amor, pero todo giraba alrededor de las materias a las que podíamos tener acceso y entendimiento por el lenguaje.
Sinceramente no sé en qué momento pasé de decodificar oraciones a entenderlas, no sé ni siquiera en qué momento ya me permitía hacer lecturas del mundo. Esto es algo que agradezco profundamente.
Tenía ya casi los once años cuando ya me permitía leer “El viejo y el mar”, de Ernest Hemingway, un libro que me traspasaba el olor y la vista de un mar que no conocía, diversos personajes y situaciones, recuerdo que era la pobreza que allí se mostraba la que me impactaba. Los libros que recuerdo haber leído en ese entonces no tenían el valor que hoy representan en mi vida, entre séptimo y noveno pasé por “Tabaré”, Juan Zorrilla; “María”, de Jorge Isaacs, “El cantar del Mio cid” (anónimo), “El lazarillo de Tormes” (anónimo), la “Ilíada”, de Homero; “Crónica de una muerte anunciada”, de Gabriel García Márquez, escritor que me gustó desde esos tiempos y que me sigue gustando ahora, al que le tengo un profundo respeto y hasta cariño, sin importar lo criticado que sea. Luego, vinieron a mi “La colmena”, de Camilo José Cela, libro que francamente leí superficialmente, ya que nunca comprendí realmente su importancia en la literatura española, “El carnero”, de Juan Rodríguez Freyle - “El quijote de la Mancha”, Miguel de Cervantes entre muchos otros. Por un lado fui afortunada porque sea como sea me vi obligada a hacer la lectura de muchos de los libros con los que he trabajado en la universidad, por lo menos me fueron dadas ciertas nociones y bases sobre literatura. Lo anterior, me hace pensar en lo errado que se presenta la enseñanza del español y la literatura en los colegios.
Enseñar a leer debe tener un sentido, debe preparársenos para saber recibir los contenidos que otros escriben, no sólo de literatura sino los textos de todas las áreas del saber, aprender a trabajarlos, degustarlos y discutirlos. Saber leer va mucho más allá de una simple decodificación,  de memorizar renombrados escritores y obras. Saber leer implica comprender y entender, analizar y abstraer lo que más nos sirve.
Por mi parte fui afortunada, siempre se me estimuló, se me adentró en el mundo de los mitos, las leyendas, las fábulas y las novelas. Algunos profesores nos asignaban lecturas, nos orientaban sobre ellas y trataban que sus estudiantes comprendieran siempre lo que se les trataba de explicar. No obstante sé que muchos no corrieron con esa suerte, y mucho menos tuvieron la oportunidad de estar en una biblioteca como la de mi colegio, grande, dotada de gran cantidad de libros, dividida por secciones según las edades y, además, había un área asignada para realizar las tareas y otra dedicada sólo a la lectura lúdica, todo lo anterior bajo la música clásica de fondo que la bibliotecaria debía poner. Era casi un santuario para mí, santuario que evoco con nostalgia. Ahí leí varios libros interesantes, libros que discutía con una prima cuya edad era mayor. Discutíamos y nos aconsejábamos lecturas, por ella conocí a “Enemigo Público # 1”, de Jaques Mesrine y “Carrie”, de Stephen King, “Tensión”, de Christian Barnard, entre otros. Nombro estos libros porque los tengo en gran aprecio. Es necesario mencionar también que fue por mi profesora de décimo grado como conocí a Poe, uno de mis escritores favoritos y del que trato de leer todo lo que encuentre.
El tacto y la cortesía también acompañan al significado de mi nombre, lo único que puedo decir sobre ello es que seguramente los adquirí vagando por algunos libros, ya que lectura educa.  
No sé porque me gusta leer, jamás vi leer un libro a mi padre, el siempre se dedicó a los negocios y lo que más sabía era sobre dinero, mi madre era su apoyo incondicional, tiene una inteligencia y perspicacia envidiable, tiene sus estudios, sin embargo, nunca ejerció por dedicarme su tiempo a mí y a mi hermana, niñita curiosa e imparable a la que sólo le llevo tres años. Supongo que mi madre hizo un acto de verdadero altruismo por nosotras, por ello siento que jamás me va a alcanzar la vida para agradecérselo, por el momento sólo puedo amarla. Ella sí lee, incluso recientemente la vi llevando a cabo este majestuoso acto, no lo hace seguido porque su trabajo actual no se lo permite. Lo cierto es que el camino de la lectura y la escritura presenta sus tropiezos pero nos dota de grandes cosas.
En cuanto a mi puedo decir que me llamo Mayra Lisseth Hernández Salazar, Mayra viene del latín, como lo decía la respuesta de la red , de los términos matriz y madre; el Lisseth viene del francés Lissae y el apellido Hernández tiene su origen en el reinado de Hernando en España. Puede ser que el origen de mi nombre este destinado a mi vida actual, pues en el presente curso el programa de la Licenciatura en Español y literatura, y estudió francés. Tengo veinte años, piel blanca, ojos miel, cabello oscuro, muchos sueños, proyectos de viaje, familia, amores, amigos, profesores y conocidos. Amo ir a la Universidad, amo leer poesía, a Márquez y a Poe, me fascina el cine y las novelas de terror, de igual forma las de amor. Soy curiosa, observadora y deportista,  me río sola de mis picardías, y, en ocasiones, me pongo a filosofar con la gente. Jamás me había preguntado por cómo había aprendido a leer y escribir, por si me había costado o no, hasta que un profesor de la universidad me hizo caer en la cuenta de ello en una clase de pedagogía. ¿Cómo había aprendido a leer y escribir? Espero haberlo resuelto en este escrito, y si no logré hacerlo por lo menos espero haberme acercado.