domingo, 7 de noviembre de 2010

¿PARA QUÉ SE EDUCA?


 “La crisis del humanismo” de Eduardo Santa hace una importante reflexión sobre la EDUCACIÓN del siglo XX, varias cuestiones que nos ponen a pensar sobre para qué estamos educando a nuestros niños, en función de quién y cómo lo estamos haciendo. El autor nos dice que los llamados “técnicos de la educación, los sabios maestros y pedagogos” se han dedicado o se han preocupado más por inventar nombres y formas técnicas para referirse a la educación y se han olvidado de definirla, de construir, o más bien, de reconstruir su concepto de forma clara, sencilla y  entendible para todos. Razón hay en afirmar esto, se podría hacer un diccionario con términos que hablan de educación, pero yo considero que en vez de perder el tiempo en ello deberíamos buscar soluciones a los problemas que la aquejan hoy en día, no es importante cómo nos referimos a ella sino qué debemos hacer por ella; creo que con esto él nos invita a reflexionar sobre lo que verdaderamente debería ser importante en la Educación.

Por otro lado, instruir no es educar y Eduardo Santa evidencia su aprobación y apoyo completo al pensamiento griego en cuanto a la conceptualización de Educación,  explica que para los griegos instruir era simplemente la transmisión de conocimientos que hacían del hombre un médico o un ingeniero, pero que la palabra educación tenía un sentido bifacético en el cual era necesario que además de la instrucción (segunda fase de la educación) existiera como base una primera fase, la cual tenía como fin formar el carácter, inculcar valores éticos al hombre que lo conviertan en un ser humanizado; teniendo en cuenta estas dos fases damos por entendido que para los griegos la educación se definía como la creación de un hombre integral, primero se formaba o moldeaba el espíritu, luego se daba la transmisión de todos los conocimientos con el objetivo de construir un hombre , sensible, ético, moral y socialmente útil gracias a sus saberes profesionales.

Considero los hombres de hoy nos movemos en un mundo en donde se han perdido los valores, donde las personas pasan por encima de otras con tal de obtener lo que quieren, no les importa agredirse unas a otras con tal de lograr su cometido. Nos hemos vuelto una sociedad que va en decadencia, que se consume en la violencia, la pobreza, la corrupción y el crimen.


Dos aspectos nos presenta este hombre: 1) El hombre máquina y 2) La educación de los griegos, en ellos vemos contrastados o paralelizados dos épocas diferentes, el primer aspecto podría hacer referencia al siglo XXI  y el segundo al siglo V griego. Lo cierto es que el siglo XXI  exige o demanda hombres con saberes específicos, que produzcan y trabajen como esclavos: hombres robot que utilicen sus saberes para “operar” y producir cada vez más rápido lo que los interesados empresarios exigen.
El siglo V se interesaba por sacar seres intelectuales, sabios que aplicaban al conocimiento los valores que formaban sus espíritus. Su objetivo era lograr la armonía y equilibrio social.

Entonces, considero que la principal diferencia está en que el ideal de los griegos de esa  época era educar hombres sabios, correctos que vivieran para el hombre, para ellos mismos. De forma contraria, el ideal de la actual época es educar hombres que no vivan para ellos sino para el mundo.

De esta forma, Santa tiene toda la razón en cuestionar el para qué nos estamos educando hoy en día, nadie supera los planteamientos  que de Educación hicieron los griegos y me queda claro que ellos educan para la convivencia, el cuerpo y el espíritu eran objeto del moldeamiento de la verdadera educación.

No obstante, es necesario destacar los avances que se han dado en  las técnicas de enseñanza y aprendizaje, pero sin duda alguna se puede avanzar mucho más. Los inventos tecnológicos, el avance en la técnica y la ciencia son aspectos destacables en los que Santa nos hace conscientes, pero cuestiona agudamente la capacitación técnica y científica sin moral que se está impartiendo; cuestiona la falta de ética y expresa que el siglo XXI define a la Educación con términos técnicos y científicos pero No humanos.

 Yo opino que actualmente para profesionalizarse no se necesita de una formación ética y en valores,  cosa que no debería suceder. En consecuencia, me preocupa lo mismo que al señor Santa: el quién y el cómo se educa, él asegura que la escuela, el colegio y la universidad no educan, afirmación con la que comulgo. Actualmente los educadores simplemente se dedican a instruir, sólo les importa el bienestar propio y les vale si el alumno aprende o no aprende, si se está formando integralmente o no lo está haciendo. Por ello, creo que nos urge definir o conceptualizar lo que verdaderamente debería llamarse EDUCACIÓN  y su concepto debe incluir la construcción  de un hombre tridimensional, donde alma, cuerpo y mente están involucrados, ese es el legado de los sabios griegos.  

Además, las personas que sean protagonistas en la creación de este concepto y su aplicación deben ser seres humanos convencidos de ello, deben poseer una vocación inquebrantable y una devoción absoluta a la educación, no títeres del mundo consumista.

 EDUCADORES que de la mano con las conquistas del siglo XXI: la radio, la televisión y el cine, entre muchos otros inventos, cumplan con este objetivo y enseñen con herramientas que contribuyan a la difícil tareas de humanizar a hombres que están perdidos en la búsqueda de su humanidad.

(MAYA)





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