En Colombia las personas se han acostumbrado a que la calidad de vida está determinada por el dinero, es este quien establece la fácil o difícil existencia de cada Colombiano, sin él no es posible sobrevivir.
Cuando no se goza de suficientes recursos económicos la vida se presenta tediosa, llena de necesidades, limitada; cuando se cuenta con un salario que nos aporta el dinero suficiente para vivir es posible hacerlo cómodamente y sin mayores apuros, no sobra ni hace falta; y cuando hay posesión de riqueza, el panorama se presenta de forma más amable, ya que no sólo se vive bien, sino que se pueden abrir las puertas del mundo, habrá lujos y excesos, aquellos que la tienen no pasan una vida difícil. En consecuencia, hemos sido clasificados o estratificados en tres clases sociales: la alta, la media y la baja, cada una influye de forma distinta en la calidad de vida del colombiano, cada cual posee sus propios espacios y ambientes.
Así mismo, La Educación es directamente proporcional a la clase social y como lo plantea Gonzalo Cataño en su texto “Educación y clase social en Colombia” las aspiraciones educativas, el aprovechamiento de esta, su calidad y acceso están relacionadas con el estrato social del que es proveniente el alumno, pues el sistema educativo se ha encargado de impartir un tipo de Educación de acuerdo con la posición social de los educandos, así, esta se ha dividido en dos: la Educación Pública y la Educación Privada, la primera presenta los mayores índices de inserción, el moderado valor de sus matriculas permite que cualquier clase social acceda a esta; la segunda, en cambio, es como lo dice el Sr. Cataño “exclusivista”, ya que por ser del sector privado puede poner colegiaturas de alto costo, entonces, a ella sólo pueden acceder las personas que tengan el dinero suficiente para cubrirla y responder por el resto de gastos académicos, la clase alta.
Debo decir que los colombianos se someten al sistema educativo para recibir la preparación adecuada que marcará su desempeño laboral futuro, formar parte del proceso educativo le permite al colombiano aspirar a tener un título profesional que supuestamente le garantizará alcanzar una mejor calidad de vida, pues los altos puestos, los exclusivos y privilegiados sólo admiten a personas con una específica preparación intelectual, entonces, no se hace imposible que por medio de la educación una persona pueda cambiar de estrato social y haga parte del asenso social. Sin embargo, como se hace visible en el texto de Cataño, surge un problema que hace difícil la ascensión social y es que el sistema educativo también se estratificó afectando o modificando su estructura interna y, como resultado, la Educación se dedicó a dar una enseñanza específica a cada clase social y educa a las masas de acuerdo al entorno social del que son originarias. En consecuencia, los estudiantes que provienen del sector obrero, trabajador, del proletariado recibirán una educación para mantenerse en este sector, es decir, se les es impartida una educación, que a mi modo de ver, es estática, ya que su objetivo no es que sus egresados ocupen los puestos laborales más privilegiados del país, pues su fin es que estos sustituyan las vacantes que dejaran sus familiares; por lo contrario, la clase alta, que puede acceder a la educación privada, puede exigir una calidad educativa mejor que la de los colegios públicos sostenidos por el Estado y , así pues, adquieren una formación que les permitirá llegar a los puestos que podrán mantener su cómodo estilo de vida, pues tienen el dinero para hacerlo; en conclusión, la clase media y baja es educada para seguir sosteniendo la mano de obra de los grandes empresarios, sus masas son educadas para el trabajo y no para el desarrollo potencial de sus capacidades intelectuales, y la clase alta es educada para mantenerse en el poder y recibir el bienestar total que este brinda; por esto, si un colombiano pobre o rico quiere tener un puesto de poder, de renombre y prestigio debe preocuparse porque su formación no sea elemental, debe acceder a una universidad y adquirir un profesional que le abrirá las puertas al mundo laboral y le presentará las oportunidades para mejorar su vida.
Todo lo dicho anteriormente me lleva concluir que la Educación que se da hoy en Colombia no propugna por una democratización de las oportunidades ocupacionales y si, como está expresado por Gonzalo Cataño, contribuye a fortalecer las diferencias que existen en la sociedad.
En conclusión, la Educación puede permitir el ascenso social de un individuo, pero no es el tópico de la sociedad colombiana, generalmente el asenso social por medio de la educación es un proceso largo que requiere de grandes esfuerzos y tiempo de maduración, además, tener cantidad de diplomas no son garantía para cambiar de estrato, pues la dinámica del mercado es tortuosa, en nuestro país hay muchos egresados pero pocos puestos de empleo y escasez de oportunidades, en la Colombia de hoy es más fácil hacerlo por otros medios, con palancas o con maniobras estratégicas en otros sectores de la sociedad (religioso, político, militar o matrimonial).
Mayra Lisseth Hernández Salazar
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